GLAMOUR. THE IMPORTANCE OF BEING A MUSE

Cualquier artista que se catalogue como tal mantiene o pretende encontrar una musa, alguien que le inspire, que sea su mejor amiga, e incluso su objeto romántico como ha ocurrido en innumerables veces. En el cine no hay excepciones: los directores gozan de una gran cantidad de actores que despliegan talento y embriagan con sus interpretaciones, pero siempre vuelven a ese nombre que los apoyó desde un inicio o con el cual saben que sus obras serán fielmente traducidas, conformándose emblemáticas duplas del séptimo arte que no dejan de sorprender a los espectadores. Aunque muchas ya se hayan separado por cosas del destino.

TIM BURTON AND HELENA BONHAM CARTER

Luego de trabajar durante mucho tiempo con uno de sus primeros mentores, Kenneth Branagah, y formar una dupla amorosa con él mismo, Helena conoció a Tim cuando comenzó a filmar Planet of the Apes en 1999. Desde ese film, ambos se han involucrado de manera personal y laboral, ya que la inglesa no ha dejado de aparecer en las obras de Burton y juntos tienen un hijo. La irreverencia de ambos dio paso a una inusual pareja que es símbolo de lo freak y lo oscuro pero popular: los dos visten de negro y de manera extravagante, sus trabajos han sido largamente galardonados y son identificados como brillantes pero lejanos al mainstream hollywoodense.

LUC BESSON AND MILLA JOVOVICH

Desde que encarnó a Leeloo en The Fifth Element, Jovovich encandiló al veterano director con su inteligencia: él tenía un largo background con varias obras de culto, premios y reputación; ella era admirada por varios en la industria, y sobresalió a muy corta edad. En 1997 se casaron en una ceremonia en Las Vegas, pero se divorciaron en 1999. Aunque la explosión de popularidad cult entre ambos fue intensa mientras duró, siempre quedarán sus colaboraciones en pantalla, y el recuerdo de una gran musa para el director.

ISABELLA ROSSELLINI AND DAVID LYNCH

La gran obra del cine under, Blue Velvet, no sólo dejó estragos dentro de la historia del cine: gracias a ella se conoció una de las parejas más recordadas y apasionadas de fines de los '80. Luego que terminaran las filmaciones en 1987, la actriz y el desadaptado director se unieron románticamente, hasta 1991. Aunque muchos señalaron que las fobias de Lynch separaron a la pareja, Rossellini publicó más tarde que él terminó la relación, y cuando lo hizo quedó devastada. Como toda enamorada.

SOFIA COPPOLA AND KIRSTEN DUNST

Ya se había olvidado de las críticas que recibió por su actuación en The Godfather III cuando Sofia decidió emprender la misma profesión que su padre Francis, y filmó The Virgin Suicides en 1999. Para ello, requería de la participación de una figura femenina fresca, juvenil, cautivadora y Kirsten Dunst sería su musa elegida. Luego del éxito del film, Dunst participó en Marie Antoinette en el 2006, y a pesar de recibir las divididas críticas por parte de los entendidos, si tienen claro el mantener su amistad y seguir colaborando en proyectos propios. Como buenas colegas.

ANNA KARINA AND JEAN LUC GODARD

Han pasado varias décadas, pero el cine plasmó la intensa colaboración entre la admirada actriz francesa y el rebelde director. Se casaron en 1961 y se divorciaron en 1967, pero la cámara de la estrella de la Nouvelle Vague trató como nadie a su mejor descubrimiento. Une femme est une femme es el ejemplo perfecto de la soñada unión entre estos íconos y de la fijación del director por las mujeres atractivas y talentosas. Sino pregúntenle a Juliette Binoche.