GLAMOUR. DISCO+MOVIES

En el cine, la música es un aliado para interpretar la historia, ambientar a los personajes y su entorno y por supuesto, explotar éxitos de la radio para llamar la atención. En algunos casos, la música llega a ser el factor principal de la película, y en esta nueva sección revisaremos las distintas corrientes musicales que aparecen en el cine como protagonistas. Esta vez, es el turno de la música disco.

Luego de Saturday Night Fever (1978), el éxito de Tony Manero y la explosión de The Bee Gees, la música disco y el cine han formado varias alianzas, que trascienden la pura exposición de sus notas musicales. En Scarface (1983), otro Tony (Montana) vive una historia de ambición y poder, bajo el telón de la música disco que por ese entonces comenzaba a desaparecer al igual que la vida del propio capo. Elvira (Michelle Pfeiffer) proyectaba la imagen de la perfecta chica Halston, esa que no salía de su casa sin el corte de pelo de última y el vestido más elegante pero vaporoso para la pista de baile. Pero el éxito del clásico de John Travolta dio paso a algunas imitaciones, que tuvieron a Thank God it's friday entre las más famosas.



La película de 1978 fue una verdadera epopeya de la Motown, reuniendo a sus artistas más importantes: The Commodores, Thelma Houston, Diana Ross y por supuesto Donna Summer, quien además actuó en la cinta y ganó el Oscar a Mejor Canción por "Last Dance". El film tiene además, las primeras actuaciones de Jeff Goldblum y Debra Winger.
Los '90 y 2000 trajeron consigo una serie de films ambientados en la era disco, que a mediados de los '80 fue reemplazada por el breakdance y otros ritmos que cautivaron al cine con "Flashdance" o "Footlose". Boogie Nights (1997) de Paul Thomas Anderson fue una de los mejores en conseguir una unión de calidad entre la historia y el soundtrack, sumiendo a Dirk Diggler en bailes eternos al son de K.C. and the Sunshine Band. Luego vinieron los intentos por recrear el mito de la Studio 54 con dos cintas: Last Days of Disco (1998) y 54 (1998). La primera, una mirada a un grupo de jóvenes profesionales -entre ellos, Chloe Sevigny y Kate Beckinsale-, en medio de la fiebre yuppie y la decadencia de la música disco, que incluye visitas permanentes al lugar de moda neoyorquino. La segunda, una recreación de la legendaria fiesta eterna que se vivió en la discotheque, con Mike Myers encarnando uno de sus mejores roles, el del dueño original del lugar Steve Rubell.



Y como era de esperarse, el crimen volvió a recurrir al disco como arma en la película de 2007 We own the night, con Joaquin Phoenix, Eva Mendes y nuevamente Mark Wahlberg, quien esta vez esta del otro lado de la diversión. Phoenix encarna al dueño de un club visitado por criminales famosos, y a pesar que el film está ambientado en 1988, la música disco es protagonista con Blondie y guiños de Bowie y The Clash en su faceta más bailable (The Magnificent Seven). Al parecer, la música disco nunca pasará de moda en la gran pantalla.
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