BLAST FROM THE PAST. BALENCIAGA GVASALIA


Las siluetas eran únicas, los detalles se trasladaban al volumen y sus estampados se intercalaron con rigurosos negros y blancos. El trabajo de Cristobal Balenciaga sigue alimentando la modernidad, pero si hablamos de su casa, la que dejó a fines de los '60 poco antes de morir -y donde entrenó a todos los mejores, desde Courrèges hasta Ungaro-, los sucesores han interpretado con dispar resultado su legado. Mientras Nicolas Ghesquière lo llevó hasta el límite colección tras colección en sus años en la marca, Alexander Wang tuvo que mezclarlo con esfuerzo junto al streetwear que lo hizo popular, algo que al final no logró con éxito. Pero si hablamos de un nombre que muchos vimos como dispar para liderar esta casa, fue el de Demna Gvasalia, el chico maravilla tras el colectivo Vetements.




Claro, todo lo que proyecta tendencias es algo aberrador para muchos, pero también sirve para poner atención una vez pasado ese esplendor superficial. Lo que Gvasalia hizo con Vetements fue alimentar otra cultura, otra corriente y generación, pero el rol de Director Creativo en Balenciaga se veía difícil, casi al estilo Wang. El debut lo confirmó con horror: vestidos sin estilo con patchowork de flores y colores deslavados que más parecían un homenaje hardcore al feísmo que una reinterpretación de una de las más importantes marcas de la historia.


Pero en esta temporada F/W 2017, una que sin lugar a dudas ha decepcionado a muchos por su falta de esplendor o impacto -especialmente si tomamos en cuenta a las casas más populares de París-, Gvasalia logró lo que ninguno de sus colegas en Dior, Balmain o Givenchy pudo: congregar su propia identidad, pero dejando en claro que las mismas siluetas que ideó el revolucionario español, aun pueden llevarse unidas a su toque con éxito. Y el resultado, fue uno de los más bonitos desfiles de las últimas semanas.

 
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