Una femme est una femme es una de esas películas que tras la etiqueta de comedia romántica esconde verdaderos trozos de estilo, originalidad y realidad. El rol de Anna Karina acentúa fuertemente el atractivo de su elenco; su vestuario, conformado por colores alegres, atrevidos, y a la vez por piezas recatadas y un tanto juguetonas contrastan con su trabajo de estriper de un club de poca monta. Pero el verdadero protagonista es el trío romántico ideado por Jean Luc-Goddard, el que encierra a Jean Paul Belmondo, Jean Claude Brialy a la propia ex-pareja del director, la inigualable Anna Karina.
Bajo la premisa de que una chica quiere a toda costa ser madre con su novio, la historia se desarrolla con un ritmo atípico, una música inusual, una estética atractiva. Inolvidable es la escena en que la pareja discute a a hora de dormir a través de los titulos de los libros que mantienen en su casa. Mientras tanto, la figura de Karina fue impulsada con gran fuerza a raíz de este film, y su marca en el mundo de la moda inspiró incluso a varios diseñadores como la casa Agnes B., la que dedicó enteramente su colección Otoño/Invierno 2008 al estilo de la actriz danesa. Como debería ser.