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INTERVIEW. CAROLINA MALIS
Comenzó a escribir sobre Moda mientras estudiaba Actuación, integrándose al equipo de VisteLaCalle el año 2012, "siempre entendiendo un poco que las dos cosas que me hacían feliz en la vida, eran vistas por el universo profesional chileno como hobbies", acota nuestra entrevistada. Pero el 2014, decidió dejar todo de lado en Chile, remató sus cosas y llegó a Nueva York en marzo, atreviéndose a comenzar una nueva vida. Carolina Malis hoy colabora con la revista Nylon Español pero es además la corresponsal oficial de VLC en todos los eventos de moda realizados en esa ciudad, incluyendo el lanzamiento de H&M x Balmain y cuanto lanzamiento de libro o presentación exista. Es una de las pocas chilenas que trabaja como Prensa durante los fashion weeks, semanas en las que comienza a reportear desde muy temprano en la mañana hasta que ya no quedan desfiles cada temporada. Aquí nos cuenta sus experiencias y comparte también más de una anécdota y consejo para quienes buscan iniciar una nueva vida en Nueva York.
-Dejaste todo de lado
en Chile para perseguir una nueva vida y muchas experiencias en Nueva York. En
general, ¿se ha cumplido lo que tú querías vivir?
Sí y no. De alguna
manera se cumplió la meta más grande, que era el quedarme, pero cuando me vine
a Nueva York era la primera vez que salía del país en mi vida por lo que tuve
que aprender de golpe y porrazo muchas cosas sobre el "ser
extranjero", a la vez que entendía como realmente funcionaban las cosas.
Los planes con los que me vine se han ido modificando, pero porque he
descubierto nuevas posibilidades, nuevas facetas mías y nuevos intereses. Además
en una ciudad como Nueva York todo es un poco impredecible, pero vivir inmersa
en ese universo de posibilidades era lo que más me atraía de la ciudad.
-¿Cuáles han sido las
labores que has podido desarrollar mientras te establecías en Nueva York?
Ufff, podría hablar
horas de todo lo que he hecho, jajaja. Llegué a Nueva York el 18 de Marzo del 2014
y comencé una pasantía con la diseñadora chilena Pola Thomson el 23 de Marzo,
¡de una! Esa fue la mejor forma de entender de inmediato como
funcionaba el medio aquí, además de convertirse en la forma perfecta para insertarme en el día
a día de los neoyorquinos, lo que significa aprender a usar el metro, entender los tiempos, los
conductos regulares, etc. Esta ciudad es una locura y al comienzo todo me
daba un poco de miedo, pero con esa pasantía tuve que lanzarme y aprendí mucho.
Además de eso, he seguido generando material para VisteLaCalle a distancia y
desde octubre del año pasado, me integré al equipo de Nylon Español.
-¿En qué momento te
diste cuenta que viviendo en Nueva York y asistiendo a ciertos eventos de moda,
podías acceder a un mundo que para la mayoría de la gente es casi una fantasía?
Creo que fue la primera
vez que cubrí el New York Fashion Week; eso fue en septiembre del año pasado.
Recuerdo perfectamente el primer día que me paré fuera del Lincoln Center con
mi credencial - que por supuesto aún tengo guardada -, sin poder creer donde
estaba. Entré a mi
primer desfile (Stella Nolasco), me senté, miré a mi alrededor y ahí entendí
dónde estaba y qué estaba haciendo. Esto era en serio, esto era grande. Todos
ahí estaban trabajando, no había nada azaroso, los fotógrafos, las modelos, los
invitados, los editores. Desde ahí y con ya tres fashion weeks en el cuerpo, he
entendido que acá la meritocracia lo es todo. He conocido a miles de personas
en esos eventos/desfiles y conocer sus historias y saber cómo han llegado a ese lugar es siempre gratificante, porque te das cuenta que es el resultado de mucho
trabajo. Lo anterior me lleva a asumir que lo duro que he trabajado para llegar donde
estoy al fin tuvo su recompensa, pero para obtenerla tuve que irme del país.
Es realmente un mundo con un
poco de fantasía, pero formar parte de él también te hace darte cuenta que todos
son personas igual que uno, no vidas ideales con todo regalado.
-Has sido la
colaboradora ancla de VisteLaCalle durante los fashion weeks. ¿De qué manera
percibes todo lo que ocurre en este evento y cómo has visto la participación de
otros chilenos en el mismo?
Es una locura, jajaja.
Tiene su lado maravilloso por supuesto, el cual es conocer las colecciones, asistir
a los eventos, conocer gente increíble, ver unos outfits espectaculares y ser
partícipe de uno de los eventos más exclusivos del año, pero es sin lugar a dudas una de
las semanas más agotadoras. Hasta ahora he reporteado en tres Fashion Weeks y
me impresiona y alegra al mismo tiempo, ver como cada vez hay más latinos involucrados. La presentación
de Lupe Gajardo a principios de año, puso a la vista el diseño chileno;
hizo que la gente comenzara a preguntarse qué es lo que pasaba por allá por el
sur del continente.
En ese momento, VisteLaCalle era de los pocos medios nacionales que estaba acá. Recuerdo buscar chilenos y
¡no encontrarme con ninguno! Pero la cosa ha ido cambiando; este año
supe de muchas bloggers y rostros que vinieron a cubrir el Fashion Week
también, pero no me topé con casi ninguna al interior de los desfiles; quizás es diferente el enfoque que uno le quiere dar a las cosas. Para mí cubrir el
Fashion Week implica estar ocho días de corrido de reporteando desde 8AM hasta 9PM, entrar a los desfiles,
conocer las tendencias y compartir eso con la gente. Hay muchos que se encuentran en Nueva York en pleno NYFW, pero eso no implica que lo
estén cubriendo o que estén participando del evento y si soy sincera, me molesta un
poco que eso no se tome en cuenta. Encuentro que tener gente dando la cara por
Chile aquí es siempre bueno, y mientras más seamos mejor, pero he leído
algunas cosas por ahí... Cada uno puede hacer lo que quiera
y apostar por sus propios intereses. Yo estoy tranquila con lo que he hecho, y
me enorgullece siempre que conozco personas decir que soy de Chile, pero eso a
veces es más reconocido acá que allá.
-¿De qué manera has
visto el circo que se arma en torno a cada evento o desfile de moda, el mismo al que
Cathy Horyn se refirió en su columna apuntando a la fiebre de pavos reales o
personas que quieren llamar la atención?
Es realmente un circo.
Después de un tiempo, empiezas a entender las estrategias que la gente usa para
ser vista, lo que hacen por ser fotografiados o cómo se visten para llamar la
atención. Y si bien al principio me parecia ridículo, ya no es tan así.
Como dije antes, acá la industria de la moda es potente, es en serio y si bien
algunos entran al círculo a través de revistas, blogs o del campo editorial, hay quienes
entran a través de su imagen y los desfiles de moda son el momento perfecto
para resaltar desde ese lugar. Aquí las bloggers viven de las fotos que suben y
los posts que escriben, por lo tanto tienen que aparecer en los eventos y
destacar con looks únicos para hacer crecer sus marcas, las cuales son ellas mismas.
A fin de cuentas sí, es un circo y todo es un poco superficial, pero es parte
del precio a pagar por quienes quieren vivir de eso.
Chiara Ferragni capturada por Carolina
-¿Cómo se desarrolla
esa locura que existe en el momento en que llegas a un desfile y tratas de
ubicarte en un asiento?
Jajaja, esa previa al
desfile es siempre un momento que espero que pase rápido. Sea bueno o no, la
industria de la moda acá se basa en el status. Haces filas diferentes si tienes
invitación y si no la tienes, si vas parado o sentado, en el front row, el VIP o no,
si tienes acceso a backstage o solo al desfile, etc. Ya una vez adentro,
los minutos previos al desfile son un evento en si mismo. Todos saludándose,
sacándose fotos o incluso presentándose ante otros. Suena muy frívolo
todo, lo sé y quizás lo es, pero es una industria que se basa en las redes sociales y humanas, algo que lleva a todos a apostar por
conversaciones con quienes estén sentados o parados junto a ellos. Personalmente, me gusta mucho eso de los desfiles porque acá me recuerdan mucho al
teatro. Como dije antes, soy actriz y eso influye mucho en mi trabajo, mi
escritura y mi visión de las cosas. Los desfiles son bastante parecidos; la
previa al evento con todos ubicándose en sus asientos, la obra de teatro que es
el desfile y la reverencia/ presentación final que es el cierre del
show.
-¿Sientes que estás
más consciente de tu propio estilo ahora que te mueves en un mundo lleno de
brillos y pavos reales?
¡Absolutamente! Uno ve
tanto aquí y lo mejor es que a nadie le importa cómo te vistes o que
decisiones tomas sobre tu propia estética. Esa libertad, el no tener que analizar lo que otros pensarán, te abre necesariamente la mente y te permite
encontrar qué es lo que te gusta de verdad. Ahora tengo un estilo y una gama
cromática muy marcada en la que ni me di cuenta cómo me sumergí. Pero me
gusta, me siento cómoda y no me da miedo probar o experimentar.
-Claramente no debe
ser fácil empezar una nueva vida y de seguro te has esforzado un montón en NY,
pero ¿cuál ha sido tu momento favorito viviendo allá, uno que te diga que vale
la pena hacerlo?
¡Qué difícil elegir uno!
Creo que hay dos momentos que tengo demasiado grabados en mi cabeza. Uno fue
este verano, a finales de julio. Tuve que viajar a Jersey Shore por unos
días y confieso que no soy muy fanática de ir para allá (es súper tranquilo y
precioso, pero a mi gusto le falta ruido, movimiento). Volví un miércoles, a
las 6 PM que es hora peak en las calles y metros, con 34 grados y una
humedad del terror. Pero salí de la estacion de trenes en pleno centro de
Manhattan y me sentí en una película. No me molestaba ni la temperatura,
ni la gente caminando rápido, lo llena que estaba la calle ni los bocinazos. Me
quedé parada ahí unos 10 minutos con una sonrisa en la cara y fue la primera
vez que me di cuenta que este es mi hogar. Me sentí en casa, en mis calles,
en mi lugar. Suena muy de película - y posiblemente el haber estado con
audifonos puestos y música sonando le dio ese toque también -, pero fue uno de esos
momentos en que todo pasó frente a mis ojos. Todos los malos momentos, todas
las batallas y todas las caídas. Pero a cambio de ese sentimiento, de sentir
que encajas, todo lo vale.
Otro momento favorito
fue el desfile de la Lupe (Gajardo) en febrero. Tuve la posibilidad de trabajar en
backstage y en el casting de modelos/producción para el desfile junto a
Lupe, Daniela Bustamante y Trini Id. En Chile trabajé muchas veces en
producción teatral y si bien obtenía buenos resultados trataba de evitarlo, más
que nada porque cuando mi pega ya estaba hecha y venía el momento del estreno
de la obra, odiaba la sensación de sentarme en el público y mirar, ¡yo quería era estar sobre el escenario! Pero con esto fue distinto. Adoro
producir y tengo dedos para el piano. Me gusta estar sobre mis pies,
solucionando problemas, coordinando, aportando para que el show se levante y
salga adelante y en este caso - ya que claramente ser modelo no es lo mio -,
terminé con una sensación muy agradable. Nuevamente y como en mi primer
desfile, ver que todo era tan profesional, tan serio y tan grande me
hizo sentir por primera vez que no perdí mi tiempo ni estudiando teatro ni
dedicándome a la moda. Que pena que haya dado resultados teniendo que irme de Chile,
pero a fin de cuentas los tuvo y ese día sentí cómo mis dos pasiones en la
vida encontraron un punto intermedio.
Y ya como extra, haber
estado en los Oscars. Yo creo que esa ha sido una de las veces en las que he estado más
impactada. Si bien no tuve acceso completo, pararme sobre la alfombra roja
es de esas experiencias que no se borran de la cabeza.
-Cuéntanos alguna
anécdota que hayas vivido en algún evento de moda/desfile/fashion week/trabajo,
etc.
Hace un par de
meses atrás, me invitaron a un evento de Tommy Hilfiger y Rafael Nadal,
donde lanzaban la nueva colección capsula inspirada y co-diseñada por Tommy y
Rafael. El evento era un partido de tenis entre varios modelos junto a Nadal en
Bryant Park. Mi invitación me daba acceso a la sección VIP, pero a mirar el juego sin sentarme. El partido estaba a punto de empezar y una de
las coordinadoras nos dice que quedaron algunos asientos vacíos y que podíamos sentarnos. El tema es que fui a la tribuna, miré donde
había asientos y vislumbré uno en el centro de la primera fila y sin pensarlo
fui y me senté. El partido comenzó y cuando se me ocurre mirar a
quién tengo a mi lado, veo a la esposa de Tommy Hilfiger y su hijo y a mi
izquierda, a la asistente de ellos. ¡Ahí me di cuenta que estaba
sentada en el asiento de Tommy Hilfiger! Me empezó a dar miedo, pensé que
me iban a echar, pero apliqué todas mis técnicas actorales para parecer lo más
relajada posible, como si ese fuera mi puesto. Al final, el diseñador nunca se sentó,
pero ese fue sin dudas el lugar más VIP en
el que me he sentado en toda mi vida.
-¿Cómo surgió tu
colaboración con la revista Nylon Español y qué labores ejerces a través de
ella?
Alguien conocido buscaba de nuevos colaboradores y al saber sobre
mí y mi trabajo anterior, me contactó. Escribí un par de artículos de
prueba para ver si encajaba con la voz de la revista y después de unas semanas,
me dijeron que querían incluirme como parte del equipo. Lo chistoso es que al
principio no tenía idea de qué se trataba Nylon; supe sobre ello después y por
supuesto, la sopresa fue indescriptible. Nylon es una revista que sigo hace años
y trabajar con ellos ahora es innegablemente una de esas cosas que jamás imaginé, ¡mucho menos tan rápido! Para Nylon genero contenidos sobre moda,
tendencias y tengo una sección que disfruto mucho. Se llama "In Real
Life", donde pruebo distintos productos, tratamientos o desafìos todas las semanas y escribo una reseña muy realista, desde la experiencia de una persona "normal".
-¿A qué famosos has podido conocer durante tu estadía en NY y cuál ha sido
tu favorito?
Conocer más allá de verlos cerca, muy pocos. He visto a varios en la calle o en eventos, y confieso
que soy bien tímida para pedirles fotos o autógrafos a los famosos. Pude
entrevistas a la DJ Mia Moretti el año pasado y eso fue muy entretenido. Pero
donde he tenido más posibilidad de compartir con algunos ha sido durante los backstage de los
desfiles. En el Fashion Week de febrero, pude compartir un poco con Karlie
Kloss y la amé, jajaja; es tan sencilla y cercana. Perfectamente podría ser una diva, tiene todo
para serlo, pero es cálida, y muy amigable. Otros a los que "conocí"
fueron a los Backstreet Boys durante el evento de Balmain x H&M.
No me senté a conversar con ellos, pero verlos
cantar a 2 metros de distancia y toparme con ellos durante el after party, me basta y sobra como fanática que soy.
-¿Cuáles se han
convertido en tus tiendas favoritas o picadas para comprar
ropa/accesorios/zapatos en NY?
Mis
picadas: ¡Crossroads Trading, Buffalo Exchange y Beacon´s
Closet! Son tiendas de ropa usada pero de muy buena calidad, en las que la
misma gente lleva su ropa y la vende, por lo que siempre está cambiando de
mercancía. Lo entretenido de esas tiendas es que hay demasiada variedad de
estilos y por precios bajísimos. Además, cuando te aburres de tu ropa puedes
llevarla ahí, venderla y llevarte otras prendas.
En cuanto a maquillaje, Sephora por supuesto
y TJ Maxx o Century 21 para cosas más exclusivas
o marcas de diseñador pero con rebajas.
Mis tiendas favoritas:
& other stories (que es una especie de extensión de H&M), Bergdorf
Goodman (aunque solo entre a mirar jajaja), Opening Ceremony y Oak.
-¿Cuál sería tu
consejo para alguien que quiere dejarlo todo e irse a vivir a Nueva York como
tu?
He visto a muchos venir
a intentarlo y devolverse, casi siempre por la misma razón: es muy
rudo. Hay que estar dispuesto a pasarla mal un rato, porque pucha que cuesta,
pero la recompensa es invaluable. Hay que estar dispuesto a dar la pelea, a
dejarlo todo en la cancha, entendiendo que en esta ciudad nadie está porque le
tocó. La gente que nace acá y no le gusta se va, porque estar acá significa
estar luchando por conseguir algo y eso corre para todos. Por lo mismo, uno pasa por muchos periodos de soledad, de querer renunciar a todo y
volver a la vida "fácil", pero la ciudad misma ya es un regalo cuando
aprender a domarla. Venirse a New York es exactamente eso:
atreverse a dejarlo TODO y empezar de cero. La gente en general me dice que me
envidia, que tengo una vida de ensueño, que tengo suerte y no te imaginas
cuánto me hierve la sangre con eso, jajaja. Me vine aquí con lo puesto, sin ayuda de nadie económicamente y vendí todo lo que tenía en Chile, agarré mis ahorros de años y con eso me lancé; independencia a sangre fría. Pero por detrás hay un esfuerzo 24/7 y debes estar dispuesto a ello. Y por más chulo que suene, Frank Sinatra tenía toda la
razón en cada frase de su canción dedicada a esta locura de ciudad, "if I
can make it there, I'll make it anywhere, is up to you".
-Por último:
una canción, película e ícono que te inspiren.
Una canción: Best day of my life de American Authors / ya soundtracks épicos de películas para escribir.
Una película: The
Bucket List y The Devil Wears Prada.
Un ícono: Cliché total,
pero Coco Chanel.
Fotos: Carolina Malis.
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LE MOVIE. COMING TO AMERICA (1988)
Durante los '80, la dupla de actores y comediantes Eddie Murphy + Arsenio Hall creaban personajes únicos que explotaron a través de esta película, conocida en español como Un príncipe en Nueva York. Con una historia que mezclaba lujos, excesos y romance, Murphy se coronaba como un versátil protagonista mientras el vestuario de la cinta fue nominado a un Oscar, gracias a la mano de Deborah Nadoolman Landis, esposa del cineasta John Landis, quien estuvo encargado de dirigir esta cinta.
Aunque la historia sea conocida por muchos, difícil es olvidar varios momentos acompañados de una estética muy particular: el clip de promoción de Soul Glo, un producto capilar que otorgaba un cabello rizado con efecto mojado; el grupo musical Chocolate Sexual o la aparición de novatos actores como Samuel L. Jackson y Cuba Gooding Jr. En esta película además, la moda tuvo otro rol: Shari Headley, la dulce contraparte de Murphy, comenzó como modelo para la agencia Ford - incluso aparece brevemente en el documental Paris is Burning (1990)-, mientras Sheila Johnson también destacaba como modelos en revistas como Vogue antes de convertirse en la pareja final del personaje de Arsenio Hall. Y antes de ser el mismísimo Mufasa, James Earl Jones ya era rey de Zamunda en esta película.
DRESS TO KILL. MARION COTILLARD
No solo es una de las mejores actrices de su generación, sino también, una de las más atractivas de todas. Tiene un gran estilo propio, aprovechando sus gustos por llevar ropa de diseñadores más avant garde como Maison Martin Margiela, Jean Paul Gaultier o sus siempre elegantes y geométricos trajes Christian Dior. Pero además, es rostro oficial de esa misma casa de moda, apareciendo de manera impecable en anuncios de sus bolsos Lady Dior. Marion Cotillard saltó a la fama mundial cuando interpretó a Edith Piaf en la biopic La vie en rose (2007), ganando el Oscar por su actuación, y además, llevando uno de los trajes más comentados de ese entonces: un ajustado modelo de Gaultier blanco en estilo sirena, con pequeñas formas que asemejaban escamas en su falda.
Hoy vive entre películas independientes y superproducciones de Hollywood, premiaciones y una vida junto al también actor francés Guillaume Canet; y en cada paso que da en alguna actividad oficial, es por lejos una de las más esperadas con trajes y galas que nunca defraudan. Hasta se dio el lujo de aparecer en uno de los últimos videos de David Bowie, The Next Day junto a Gary Oldman.
DRESSED TO KILL. JULIAN SCHNABEL
Pocos pueden ponerse un pijama de seda en una gala hollywoodense, salirse con la suya y además integrar una lista de los mejores vestidos en el paso. Pero Julian Schnabel, sin ser demasiado excéntrico ni andar con inusuales vestimentas, ha logrado consolidarse como un artista que además de ser multifacético tiene un look propio. Pintor, perteneciente a la generación Basquiat/Warhol/Clemente y además cineasta, Schnabel filmó su primera cinta en 1996 para relatar la vida de su amigo, el fallecido pintor Jean-Michel Basquiat, convocando un elenco de lujo que incluyó a Gary Oldman, Benicio del Toro, Christopher Walken, Willem Dafoe, Courtney Love, Jeffrey Wright y David Bowie como Andy Warhol.
Su exitosa carrera en el cine fue seguida por dos aclamadas producciones: Before Night Falls (2000) con Javier Bardem y Johnny Depp, y Le Scaphandre et le papillon (2007), la historia real de un editor de Elle Magazine que luego de un derrame cerebral quedó paralítico. Hoy Schnabel continúa en el arte, a través de intervenciones urbanas donde se ha encargado de pintar edificios neoyorquinos y también sigue rodando cintas como Miral (2010) y el documental Berlin (2007), donde repasa el disco de Lou Reed del mismo nombre de la mano del cantante. Y sobre todo, puede darse el lujo de ser un exitoso sobreviviente a la generación artística pop de los '80.
DRESSED TO KILL. MICHELLE WILLIAMS
Sí, es la chica molesta que aparecía en Dawson's Creek, ese sufrido show juvenil de un tipo que no podía decidirse sobre su vida. Pero ahora Michelle Williams está lejos de ello, reinventándose con un estilo totalmente retro y adorable gracias a sus vestidos tipo baby doll y su corte de pelo a lo Jean Seberg. Sus dotes artísticos también han podido ser valorados a través de films como Brobeback Mountain, donde conoció al padre de su hijo, Heath Ledger. También es considerada una de las mejores vestidas en la alfombra roja, donde se distingue con ese estilo años '20 tan sentador que demostró con su recordado vestido amarillo de los Oscar el año pasado.
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